CuteMaps

¿Está consiguiendo el PSOE corromper los valores y la decencia de nuestros jóvenes?

Vi hace tiempo en un vídeo a una chica explicando cómo cuando era pequeña sufría bullying, en teoría por llevar gafas. Sucedió que dejó de llevarlas, se cambió de colegio y, oh, sorpresa, sus nuevos compañeros empezaron a acosarla también.

No era ella al azar, pero desde luego no era por llevar gafas. La víctima de bullying suele ser una persona de fuera del grupo, con baja autoestima, vulnerable y normalmente diferente en algún sentido genérico. Simplemente eso basta.

Enlazando con la política nacional, hace años comenzó una dinámica muy tóxica en este país. El nivel de odio hacia la derecha ha alcanzado cotas inimaginables. Cada vez es más normal que si alguien de derechas no oculta sus ideas sufra vejaciones, acoso y cancelación, a veces incluso de familiares y amigos.

Sucede que el sanchismo ha ido cambiando de opinión en casi todas sus políticas. De hablar pestes del nacionalismo a abrazarlos. También varios vaivenes económicos donde primero hablaban del peligro del chavismo, luego defendiendo lo mismo que Podemos y, después, yendo a una campaña electoral en la Comunidad de Madrid proponiendo que stop impuestos. A estas alturas nadie duda de que cualquier cambio de opinión en el PSOE es posible.

Desde luego, la izquierda no odia a la derecha por llevar gafas. La izquierda forma un grupo más o menos cohesionado, incluso con un argot, en parte formado por ese “lenguaje inclusivo”, y una subcultura propia. Enfrente, tienen a un grupo distinto, la derecha, que vive acomplejada, con baja autoestima y con miedo.

La derecha no tiene una culpa moral en que se haya generado una cultura del acoso y la cancelación tan beligerante contra ella, pero esto ni mucho menos quiere decir que no pueda hacer nada. Sí, fijarse en cómo se ha llegado a esta situación es un buen comienzo para encontrar alguna solución.

Si la baja autoestima de la derecha es un ingrediente que la ha puesto en la diana, entonces, en tanto en cuanto tener autoestima es algo bueno y deseable, la derecha puede reducir este odio que sufre trabajando esto.

Es difuso el origen de esta baja autoestima, quizá fue una estrategia electoral para contentar y captar votos de la izquierda o quizá fruto de alguna especie de complejo. En todo caso, el contexto es propicio para cambiar esta situación.

Corregir esta baja autopercepción no sólo acabará trayendo tarde o temprano una mejora de la convivencia que puedan empezar a percibir los ciudadanos de esta órbita, sino que acabaría redundando positivamente en la izquierda.

Una mayor autoestima de la derecha contribuiría a empezar a revertir un proceso de años en el que Sánchez se ha dedicado a corromper la decencia y los valores morales más básicos entre sus votantes, especialmente entre los jóvenes, que forman un grupo de gente más influenciable y desesperada por obtener aceptación social.

Llevamos años asistiendo con horror a cómo Sánchez ha normalizado entre sus votantes que la palabra dada no vale nada, que el fin justifica los medios, que la mentira es una herramienta legítima y que el respeto, el aprecio y la convivencia no son buenos en sí mismos, sino algo interno dentro de un grupo afín. Estamos a tiempo de actuar.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *